Es poco común que las personas llamen así a los monos; para muchos, los monos son solo monos, aunque de diferente especie. Pero ahora vas a aprender que entre unos y otros existen muchas diferencias, y quizá, después de leer serás capaz de reconocerlos.
Para empezar, puede ser obvio que unos viven en el llamado “Viejo Mundo” y otros en el “Nuevo Mundo”, palabras que se han usado durante mucho tiempo para distinguir las regiones conocidas por los europeos y las descubiertas a partir de la llegada de Cristóbal Colón a América. Entonces, se considera monos del Nuevo Mundo a aquellos que son nativos de las Américas y se distribuyen desde el sur-sureste de México hasta el norte de Argentina, en Sudamérica. Por el contrario, los monos del Viejo Mundo han habitado Asia y África desde hace tiempos anteriores.
Con base en lo anterior, es claro que los monos asiáticos y africanos tienen más tiempo sobre el planeta que sus parientes americanos. Los primeros monos aparecieron hace aproximadamente 40 millones de años en África, descendientes de otros primates. Millones de años después, los monos cruzaron puentes de tierra y llegaron a lo que hoy es Sudamérica, se establecieron ahí y se diversificaron. El mundo en ese tiempo era distinto al de hoy, pues los continentes no estaban muy separados unos de otros.
Los monos del Nuevo Mundo tienen hábitos mayormente arborícolas, mientras que los del Viejo Mundo pueden pasar más tiempo en el suelo.
Pero las diferencias entre los monos del Nuevo Mundo y los del Viejo Mundo van más allá de sus ubicaciones geográficas. Puede resultar un poco complicado saber cuándo una especie es de América o no. El rasgo físico que mejor evidencia la diferencia es la nariz: los monos americanos tienen fosas nasales muy separadas y orientadas hacia los costados, mientras que los monos africanos y asiáticos las tienen en dirección hacia abajo y menos separadas entre sí. Además, la mayoría de los monos del Viejo Mundo son más grandes y robustos, y algunos poseen en la parte trasera de su cuerpo unas estructuras abultadas de tonalidades rojas, púrpuras o azuladas, denominadas callosidades isquiáticas. Y estas son solo algunas de las diferencias anatómicas entre ellos.
Los monos del Nuevo Mundo tienen hábitos notablemente arborícolas y pasan la mayor parte de su vida sobre los árboles, en tanto bajan al suelo de vez en cuando. Por el contrario, algunos de los monos del Nuevo Mundo, como los babuinos, pueden pasar más tiempo en el suelo, y son capaces incluso de descansar en las rocas o en otros sitios bajos. Los macacos japoneses (Macaca fuscata), por ejemplo, toman agradables baños en fuentes termales que duran varios minutos.
¿Más inteligentes?
Los monos del Viejo Mundo tienen cerebros y cráneos más grandes, que registran pesos de 40 hasta 200 gramos.
En general, los grandes simios, llámense gorilas, chimpancés y orangutanes, muestran una inteligencia muy avanzada con respecto a muchos monos, aunque estos también han demostrado ser tan inteligentes como para usar herramientas y aprender comportamientos con base en la experiencia. Por ejemplo, el mono silbador (Sapajus libidinosus) parte las nueces que comerá con ayuda de piedras a modo de yunque y martillo. Y los macacos japoneses lavan sus boniatos en agua de mar antes de consumirlos, presumiblemente porque les agrada el sabor que el agua salada confiere a su comida.
De todos, los monos del Viejo Mundo tienen cerebros y cráneos más grandes, que registran pesos de 40 hasta 200 gramos. Los monos de América, como suelen tener cuerpos más pequeños, poseen cerebros de menor tamaño. Esto no significa que todos los monos del Nuevo Mundo sean menos inteligentes que los del Viejo Mundo, pues tienen hábitos y necesidades diferentes. Lo cierto es que los monos capuchinos a menudo se consideran los monos más inteligentes de las Américas.
No se trata de decidir cuáles son mejores o cuáles más inteligentes. Las diferencias los hacen diversos, pero valiosos por sí mismos. Al fin y al cabo, todos son monos.