Depredadores naturales de los monos
La gran cadena alimentaria exige que los animales libres en la naturaleza depreden y sean depredados para sobrevivir. Los monos forman parte de la cadena, y siendo animales regularmente pequeños y omnívoros, se hallan muchas veces vulnerables ante criaturas más grandes que ellos, más fuertes y armadas con poderosas garras y dientes para alimentarse de mamíferos.
Sus depredadores más comunes son las aves de presa, los crocodilios y los felinos.
Los monos suelen vivir en selvas y bosques tropicales de América, Asia y África. Estos hábitats rebosan de vida, pero también entrañan peligros para los monos. Sus depredadores más comunes son las aves de presa y los grandes carnívoros como los crocodilios (miembros del orden Crocodilia) y los felinos.
Pero no todos ellos están expuestos a los mismos, pues cada especie es vulnerable ante ciertos depredadores propios de su hábitat. Así, los depredadores de monos del África no son los mismos que los de monos que se encuentran en Asia, a pesar de estar geográficamente más cercanos entre sí que con los de América.
Hablar de depredadores de monos, en vista de las más de 260 especies que existen de estos, tomaría mucho tiempo y espacio. Sin embargo, es posible conocer algunos casos particulares. Por ejemplo, los monos araña son por lo general especies pequeñas que se convierten en blanco fácil para pumas, ocelotes, águilas harpías (Harpia harpyja), jaguares y tigrillos o margays (Leopardus wiedii).
Los monos narigudos deben cuidarse las espaldas principalmente de los cocodrilos que acechan las aguas en espera de un animal que se acerca a beber agua pero también de los leopardos que pueden escalar los árboles; y por su parte, el mono capuchino de cabeza dura (Sapajus apella) puede convertirse en víctima de águilas y halcones. Un mono relativamente poco conocido, el mono patas (Erythrocebus patas) tiene como mayores depredadores a las hienas y a los leones, ya que habita sabanas y semidesiertos africanos donde pueden encontrarse poblaciones de dichos carnívoros.
Algunos depredadores prefieren más a los monos y los hacen parte importante de su dieta. El águila coronada (Stephanoaetus coronatus), por ejemplo. Esta especie de ave de presa captura una gran cantidad de primates para alimentarse de ellos, principalmente monos del género Cercopithecus, como los monos de cola roja (Cercopithecus ascanius), los monos azules y los monos diana (Cercopithecus diana). De hecho, en algunas regiones los cercopitecos verdes pueden ser la presa más habitual de las águilas coronadas, pero estos también son depredados por serpientes pitones y leopardos e incluso los babuinos pueden atacarlos. Para estos, los depredadores principales son las hienas manchadas y moteadas, guepardos, leopardos, leones y cocodrilos del Nilo.
El hombre los caza para consumirlos como alimento, para la medicina tradicional y para comerciar con ellos.
Otros depredadores naturales de los monos son los caimanes, las boas arborícolas y las serpientes del género Bothrops. Al hombre no le hace falta velocidad, garras o dientes afilados para capturar animales, y aún así es el depredador más importante de los monos. El hombre los caza para consumirlos como alimento, para usar sus partes en diversos remedios de la medicina tradicional y para comerciar con ellos.
Estrategias de defensa
Poco puede hacer un mono ante el ataque directo de un depredador más fuerte y armado que él, pero para ello ha desarrollado estrategias que le permiten advertir el peligro y evitar convertirse en el almuerzo o la cena.
Ciertos monos son excelentes nadadores y pueden atravesar un río o arroyo para escapar; de estos, algunos, como los monos narigudos, tienen dedos palmeados que les ayudan a nadar de forma rápida y eficiente. Muchas más especies mantienen hábitos arborícolas, y esto es suficiente para evitar a depredadores que no pueden escalar, como los cocodrilos. Los monos ardillas, muy cautos, tratan de dormir por las noches sobre los bordes de las hojas de palma. En caso de que un carnívoro se acerque sigilosamente, su peso sobre las ramas u hojas las hace romper, el mono cae al suelo y así puede escapar rápidamente. Inteligente, ¿no?
Una de las estrategias más importantes consiste en la emisión de llamadas de alarma o vocalizaciones empleadas para advertir el peligro a los demás miembros de un grupo. Los cercopitecos verdes tienen varios tipos de llamadas para señalar a los diferentes depredadores que les rondan; por eso la llamada para indicar la cercanía de una serpiente pitón no es igual a la que indica la proximidad de un leopardo. Otras especies de mono que utilizan señales de alarma son: la mona de Campbell (Cercopithecus campbelli) y el macaco de Gibraltar (Macaca sylvanus).