Los macacos, los babuinos y los titíes son monos, pero no los chimpancés, ni los gorilas, ni los orangutanes. Lo que hace a un primate ser un mono es un conjunto de características físicas, anatómicas y genéticas. Todos los monos actuales descienden de un ancestro en común, pero no todos los descendientes de ese ancestro son monos.
Entonces, ¿cómo saber si un primate es uno de ellos?
Fíjate en su anatomía. Los monos se caracterizan por poseer colas, ya sean estas largas, cortas o diminutas, que les permiten mantener el equilibrio y a veces, funcionar como una extremidad. El único caso a considerar es el del gibón, un primate del mismo grupo de los gorilas y los seres humanos, pero al que coloquialmente se considera “mono”. ¡Ten cuidado con esto! Recuerda, aunque los gibones sean llamados monos, en realidad son simios inferiores.
› El tamaño varía entre las especies, pudiendo ser desde 11.7 cm a poco más de un metro de altura.
Todos tienen una cabeza redondeada y 4 extremidades. El tamaño varía entre las especies, pero pueden ser tan pequeños como el tití pigmeo, que mide de 11.7 a 15.2 centímetros, o tan grandes como el mandril, que llega a superar el metro de altura. Ambos son el menor y el mayor mono, respectivamente.
Como el de la mayoría de los mamíferos, el cuerpo del mono posee una capa de pelo que puede estar ausente en el rostro, las palmas de las manos y de los pies. Casi ningún individuo tiene el pelaje de un mismo color. Diversas zonas de su cuerpo se tiñen de colores más oscuros o más claros en contraste con el color de fondo, que suele ser alguna tonalidad marrón o beige. Especies que pertenecen a los grupos de los tamarinos y los titíes muestran coloraciones inusuales y muy llamativas, como naranjas, blancos y dorados. El color de los mandriles también llama la atención, pero la mirada se focaliza sobre todo en el rostro, que exhibe bellos tonos azules, rojos y púrpuras.
Poseen manos con pulgares oponibles. Esto significa que pueden sujetar objetos entre ellos, tal como hace un ser humano. Por eso, son capaces de asirse fuertemente a los troncos y las ramas de los árboles y de tomar con delicadeza objetos pequeños, incluso para usarlos como herramientas. Además, poseen huellas dactilares, como en el caso de los dedos de las personas.
Diferencias anatómicas entre los monos del Nuevo Mundo y del Viejo Mundo
Si ya puedes reconocer monos, debes saber que los monos del Nuevo Mundo tienen diferencias con respecto a los del Viejo Mundo, que en un primer vistazo son difíciles de distinguir. Toma nota:
-La principal diferencia reside en la nariz. Las fosas nasales de los monos del Nuevo Mundo son más planas y están orientadas hacia los costados. En cambio, las fosas de los monos africanos y asiáticos son redondeadas, más separadas y orientadas hacia abajo.
-En general, los monos del Nuevo Mundo son pequeños o medianos; los del Viejo Mundo son medianos o grandes.
-Algunos monos americanos tienen colas prensiles, es decir, pueden sujetarse con ellas y usarlas a modo de extremidad. Ningún mono al otro lado del Atlántico tiene una cola prensil, y además, estos la tienen regularmente más corta.
-Los monos americanos tienen 12 premolares. Los asiáticos y africanos tienen 8.
-Los platirrinos (del Nuevo Mundo) tienen uñas curvas, pero los cercopitécidos (del Viejo Mundo) las tienen planas.
-El cerebro de los platirrinos es más pequeño que el de sus parientes, los cuales cuentan con un cráneo más robusto.
-Algunos cercopitécidos tienen unas estructuras abultadas en la parte trasera de su cuerpo. Se llaman callosidades isquiáticas, y no están presentes en los monos americanos.
-También ciertas especies de cercopitécidos poseen unas bolsas en las mejillas que les sirven como reservorio de alimento para comerlo cuando tienen tiempo, algo de lo que los monos del Nuevo Mundo carecen.
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